miércoles, 19 de diciembre de 2012

Prólogo


Andaba hundido en mis quehaceres diarios cuando recibí aquella llamada. Habían pasado unos meses desde nuestra última aventura cuando recibí dos noticias que ocuparían mis pensamientos los días que restaban hasta el momento de volver a ver a mis compañeros. La buena noticia era que se nos presentaba un nuevo viaje casi sin planearlo, la mala noticia era que Paco había sido llamado por los eruditos de Valencia para realizar una serie de estudios que le llevaría bastante lejos, pero esto es otra cuestión. En cuanto a lo que a nosotros concierne, perdíamos a aquel nuevo compañero al que queríamos como al que más. Pero la vida y el destino son caprichosos, y si bien un día te quita una cosa al día siguiente puede darte dos.

Esta vez nuestro destino nos esperaba en un paraíso manchego, allá por Ciudad Real. El viaje sería más corto, pero las ganas y la ilusión eran quizá mayores por el hecho de conocer aquellas frías tierras en los meses más duros del año.

El destino había decidido volver a unirnos de la misma manera en que nos separó tiempo atrás. Y si el destino es caprichoso, ¿Por qué iba yo a intentar cambiarlo? Dolió dejar atrás Morella, pero ilusiona el doble saber que 10 pupilas vislumbrarán en unos días las “Lagunas de Ruidera”.

Dedicado a Paco que no podrá acompañarnos en este viaje físicamente, pero que viajará en la mente de los cinco. Un fuerte abrazo.

Pablo Navarro Leante.

jueves, 29 de noviembre de 2012

¿Estamos hechos para correr?



Cuando Pablo me comentó de hacer una entrada en su blog no sabía muy bien sobre qué escribir ya que el nivel de exigencia es alto! xD

Pero en fin, hoy os traigo un tema interesante que descubrí hace poco a partir del periodista y atleta Christopher McDougall en su libro Nacidos Para Correr que, aunque lo que cuenta en él puede resultar ficticio, es totalmente verídico y cierto. Este tipo era un corredor habitual, no despuntaba, era uno más entre los miles, millones, de runners de este planeta, y como tal, se lesionaba igual que nos lesionamos todos. En el libro cuenta como, a partir de una de estas lesiones, un médico le dice que sus rodillas y, las personas en general, no están hechas para correr. Hasta que descubre la existencia de una tribu que habita entre los desiertos y barrancos mexicanos, los tarahumaras.

42 kilómetros, la distancia de los dioses, la distancia que llevó a Filípides a la muerte al final de su viaje y que todos los runners soñamos con completar al menos una vez en nuestra vida, es un juego de niños para los tarahumara (también llamados rarámuris), ellos recorren cada día el doble, el triple de kilómetros, y lo hacen para sobrevivir, parece no costarles nada.

Nosotros estamos obsesionados con tener las mejores zapatillas, artilugios de última tecnología, plantillas, buscando  la amortiguación que nos haga parecer Neil Armstrong en la superficie lunar, calentándonos la cabeza en saber qué tipo de pisada tenemos o dejamos de tener, y para colmo, nos meten anuncios en la televisión con el ya famoso "tu qué eres, ¿pronador o supinador?", para que esa parte de la población, que vivía tranquila sin tener ni idea de qué significaban esas palabras, comience a preocuparse y piense que necesita urgentemente saberlo, no vaya a ser que se lesione...

Pero, ¿sabéis qué usan los tarahumaras? Nada, o como mucho, unas sandalias (huaraches) que ellos mismos se fabrican y se atan a la parte alta del tobillo. Y no se lesionan. Son capaces de correr cientos de kilometros al día con eso en los pies y no saben lo que es la fascitis plantar, ni la periostitis, ni tendinitis, ni... Nada.
¿Creéis que siguen algún plan de entrenamiento? Corren porque tienen que sobrevivir, si quieren ir de una aldea deben correr durante decenas de kilómetros. Para cazar algún animal lo persiguen hasta que mueren de agotamiento. Su dieta tiene como base el maíz, el pinole, poco más. Y en eso se basa la teoría de McDougall, en que mucho antes de que inventasen las armas, millones de años antes, ya cazábamos, y lo hacíamos así, corriendo. Es nuestro origen.

Siguiendo con el tema del libro, el periodista relata como se adentró en los barrancos de México gracias la ayuda de Micah True, aka Caballo Blanco. Aprendió parte de la cultura rarámuri, cómo vivían, qué comían. Apreciando cómo de sencillas eran sus vidas. Y juntos hicieron posible la mayor carrera de la historia, juntando a los mejores ultrafondistas del planeta, corriendo codo a codo con tarahumaras. La Ultra Maratón Barrancas del Cobre, de 100 millas. Y que McDougal completó, cuando un médico le había dichó unos cuantos meses atrás que sus rodillas no aguantarian, que no estaba hecho para correr.

El misterio de los tarahumaras sigue persistiendo hoy en día. Como dice Christopher, "quizá los tarahumaras solo hacen lo que nosotros hacíamos hace 2 millones de años, y seamos nosotros los que nos hemos salido del camino"

Aquí os dejo un fantástico vídeo de Christopher McDougall dando una conferencia sobre este tema, totalmente recomendada, además con subtítulos en español. Muy interesante:



Algo muy gracioso de la ponencia:
Creemos que Usain Bolt es rápido, cuando cualquier ardilla le ganaría! No somos rápidos.
No estamos hechos para correr rápido, sino para aguantar corriendo.
Como dato curioso, nombra a las zapatillas de correr, y que hasta hace bien poco provocaban más lesiones de las que prevenían. Por eso los tarahumaras no conocen ninguna de esas raras palabras de las que os hablaba antes, las lesiones han surgido en nuestra época.
Nosotros, todos, tenemos una forma natural de correr y para descubrirla solo tenemos que correr descalzos por el pasillo de nuestra casa. Y es cierto. Los niños pequeños tienen la técnica perfecta, pero a medida que vamos creciendo se nos olvida.

Parece que nos hemos olvidado de lo que es realmente correr, estamos obsesionados con los tiempos, con mejorar y mejorar, con ser más rápidos. Tenemos que olvidarnos de eso y disfrutar de lo que hacemos. Liberarnos.

Gracias Pablo por dejarme escribir en tu espacio :)
Espero que os haya gustado.

Pedro Moya

Vacaciones justificadas

Digamos que me encuentro en una situación complicada en la que miles de palabras rondan mi mente pero ninguna de ellas es capaz de salir de ahí, quizá por tiempo o quizá por cansancio. Por una cosa u otra probablemente tardaré un poco en volver a publicar alguna locura de las mias en el blog, o quizá no tarde demasiado. Pero como ya pudisteis ver con la entrada de Eduardo hay gente que es capaz de contaros cosas mucho más interesantes. Además ahora que busco gente para ello me doy cuenta de que estoy rodeado de gente maravillosa con cosas maravillosas que contar.

No se si tardaré dos días o veinte en volver a publicar algo mío, pero os aseguro que si en ese tiempo pasais por aquí encontrareis pensamientos, opiniones y curiosidades que os harán aislaros del mundo que os rodea durante unos minutos y en mi pequeño mundo y las ideas que rondan por él.

Así que sin más que decir os dejo con una nueva entrada, esta vez de Pedro Moya, un gran compañero y amigo al que desde aquí agradezco haber aceptado mi pequeño reto. Pedro es autor del blog Palabra de runner, al que podeis acceder desde los blogs recomendados en la parte superior derecha de esta página, está lleno de curiosidades, pero sobre todo lo recomiendo a aquellos que de una forma u otra necesitan el deporte para sentirse vivos.

Gracias Edu y gracias Pedro por haber sido los primeros. Espero tener que agradecer a muchos más.

Un saludo.

Pablo Navarro Leante.

lunes, 26 de noviembre de 2012

En busca de la madurez


Es increíble la cantidad de personas que tenemos a nuestro alrededor y que alguna vez en tu vida te hayan ayudado a ver los problemas de otra forma, esas personas que esconden una gran experiencia y que como agua de mayo la necesites en tu vida, o en tu mismo día a día. Las personas que han crecido conmigo y que ahora, me superan en sabiduría y experiencia, son las que me han hecho llegar a pensar esta redacción.

La mente, instintivamente, refleja la imagen del abuelito o la abuelita, pero yo insinúo a esas personas que pasan contigo gran parte del tiempo, independientemente de la edad, en este caso (en mi opinión) no es proporcional que a cuánta más edad, más madurez se tenga. Realmente espero que en un futuro venidero pueda servir mi veteranía a otras personas.

Desde este espacio, quiero las gracias a esas personas que me hicieron ver las cosas desde otro punto de vista, cambiar casi por completo la visión de la preocupación. Que los verdaderos quebrantaderos de cabeza están por llegar.

Me cautiva saber, a los que coincidimos en generación, y a los que ya conozco, cual es el secreto para llegar a alcanzar vuestra sensatez, sabéis a los que os hablo. (Cabrones)

Razonando, ¿ Cuándo dejé de ser un crío ?, ¿ En qué punto me di cuenta que no era el mismo ? En verdad no se trata de haber madurado, si no que he cambiado mi forma de apreciar las cosas. He pasado veinte años buscando aquella frase que me hiciera pensar y recapacitar, pero lo que realmente he estado haciendo, es intentar ser, al menos, una "miaja" más maduro que antes.

Hay preocupaciones que necesariamente vamos a tener que vivir, que en todas ellas, nos secundará para próximos problemas, quizás de ahí, tenga la costumbre de mirar con otros ojos a todos aquellos a los que realmente la vida les ha enseñado qué es la madurez.

PD: Quiero dar las gracias a Pablito por dejarme que publique en su blog. Gracias.

Eduardo Martínez Marín.

PD2: Gracias a ti por querer expresarte en este pequeño espacio, es todo un honor.
Fdo: Pablo

domingo, 25 de noviembre de 2012

Diario de ruta


Cuando por fin conseguimos estar decentes para presentarnos ante los compañeros para el desayuno ambos miramos por el balcón que había justo al lado de las escaleras y contemplamos una vez más la maravillosa explanada que quedaba más allá de las murallas de Morella, supongo que nuestras mentes divagaron por lo que allí podía haber ocurrido a lo largo de los siglos. Cuando bajamos al segundo piso encontramos todo en orden, “el Tronqui” soltaba demonios por la boca dirigidos a Juan “el pequeño” que al parecer había conseguido quitarle el palo de los ronquidos al primero y le había despertado a base de palos, como él mismo decía.Ya después, en el escaso desayuno (y era escaso porque según cuentan algunos, dentro de la algarabía de la noche anterior a alguien se le ocurrió sacar la comida, y como era menester la acabamos en cuestión de segundos) comprobamos que las quejas no iban dirigidas sólo a “el pequeño” sino también al supuesto desorden de la habitación de Paco y Guillermo, pero estos, al contrario que Juan, se mantuvieron al margen de las discusiones con su bien sabida tranquilidad y saber estar.

Ya con el estómago lleno, de manera que podíamos pensar con mayor lucidez, Paco, Juan “el Pequeño”, “el Tronqui” y yo fuimos a una de las tiendas del pueblo a por provisiones para la noche, que aún parecía lejana, pero que luego llegaría sin darnos cuenta.

Cuando volvimos a lo que ya considerábamos como nuestro hogar, nos esperaban Guillermo y Juan "el grande" con todo listo para visitar la Morella profunda, esa en la que se recogen las almas más viejas para que, al notar su presencia consigas trazar con líneas muy finas la vida que aquellos muros derruidos y habitaciones oscuras pudieron observar tiempo atrás. Fueron instantes de mágicas conversaciones y enrevesadas divagaciones que tuvieron lugar mientras, pese a las quejas por la inclinación y continuidad de la subida de los que habíamos trasnochado, conseguimos llegar hasta el punto más alto de la fortaleza. Observamos durante varios minutos, en un silencio disimulado por el viento, la grandiosidad de algo tan pequeño si se compara con el resto del universo. Hasta que un "!!Venga una foto¡¡" nos devolvió al preciso instante que nos regalaba el destino, pude observar como en nuestras caras se notaban los rasgos que da la felicidad de poder vivir estos momentos.



“Que si por fortuna pudiera elegir, elegiría vagar sin rumbo con mis cinco compañeros a lomos de nuestros preciados corceles, proyectando una eterna sombra en el continuo rodar del camino por andar.”

Pd: Si no escribí antes en el blog es porque esta es una pequeña parte de un relato que me ha costado tiempo escribir pero en el que están encerrados momentos que quedarán siempre en mi memoria.

Pablo Navarro Leante.


jueves, 18 de octubre de 2012

2012

Se apagan poco a poco las luces en la ciudad, y se abre en mi ordenador el reproductor de música, empieza a sonar ska-p y abro un periódico digital.

Esta vez mis ojos no pasarán por encima de los titulares sin más. De repente mis pupilas quedan clavadas en la siguiente noticia (por llamarla de una forma políticamente correcta) "El gobierno quiere prohibir que se graben las cargas policiales en las manifestaciones". La primera reacción es de rabia, de impotencia, pero después viene la calma al pensar que ningún tribunal en su sano juicio sería capaz de permitir semejante barbaridad digna de aparecer en algún capítulo de la obra de Orwell (1984).

Dejando de lado el tema concreto de la noticia que os he nombrado. No se si vosotros, al igual que yo os dais cuenta de la manera en que se transforman las ideas y los actos de las personas en épocas de crisis o necesidad como la que estamos sufriendo ahora mismo. Yo, gracias a unos padres a los que no han regalado nada y han conseguido salir adelante de una forma muy honrada , no paso necesidad alguna y quizá es gracias a esto por lo que puedo mirar esta situación desde un punto de vista más lejano.

Estamos viendo cada día en las noticias cómo cuando las cosas se tuercen los gobiernos suelen recurrir al sentimiento nacionalista. Y yo me pregunto...¿Será miedo a que en estos momentos la población mundial pudiera darse cuenta de que en realidad los culpables son los que nos culpan a nosotros? Pero claro, surge ese sentimiento nacionalista, ¿Para qué? Para culpar al prójimo de tus penas. Que para los griegos, los españoles, los italianos...la culpa no es más que de unos alemanes que se comportan como si fueran los dueños de nuestra tierra. Mientras que para los alemanes la culpa es de esos vagos del mediterráneo que no dan un palo al agua y que gastan el dinero que aportan como contribuyentes de la Unión Europea para tonterías. ¿Y los estadounidenses? ¡¡Ah!! sí, EEUU, la tierra de la libertad, de las oportunidades....Y UNA MIERDA, con perdón. La sociedad más sectaria y manipulable de la historia de la humanidad, lo siento pero no puedo envidiar el sentimiento nacionalista de una sociedad que se auto destruye con la ayuda de su gobierno.

Lo que no vemos es que esta reacción de culpar al prójimo no es una reacción debida a la meditación propia de los habitantes de estos países, si no de un adoctrinamiento de los medios de comunicación. Y por norma general los medios de comunicación los dominan quienes los dominan. Podéis llamarme conspiranoico si queréis, no seréis los primeros. Pero seré yo el que os tache de locos si os parece normal y de muy buen gusto que los grandes mandatarios del mundo, y no hablo del G-20, se reúnan anualmente sin que se deje entrar a ningún medio de comunicación ni se pueda saber de que se habla en estas reuniones. Se llama Club Bildelberg, podéis buscarlo que encontrareis información. En él se reúnen los grandes empresarios, políticos, lobbies muy poderosos, al fin y al cabo, los que gobiernan el mundo.

Ya os digo que podéis llamarme conspiranoico, pero como cada uno tiene su propia percepción de las cosas y yo tengo esta, para mi sería de locos pensar que somos completamente libres y que actuamos con total libertad cuando estamos influidos por un mundo del que no tenemos ni la más remota idea de como funciona en realidad.

Pues ha tocado hoy un discurso espeso, se que es algo difícil de digerir. Pero tampoco es oro todo lo que reluce, y puesto a expresar lo que siento, esta es una de mis inquietudes más contundentes que sacuden mi día a día. Cada uno tendremos nuestro punto de vista y sinceramente, ojalá yo estuviera equivocado.

Pablo Navarro Leante.

lunes, 23 de julio de 2012

Anaia

Terminaba una tarde maravillosa. El sol empezaba a despedirse tras el horizonte, dejando un reflejo en el agua que junto al graznido de las gaviotas hacían que el paso de la tarde a la noche fuera casi tan melodioso como un cuarteto de cuerda interpretando Las Cuatro Estaciones de Antonio Vivaldi.

- ¿Pero entonces papá, puedo ser lo que yo quiera de mayor?

Anaia tenía 6 años recién cumplidos, y disfrutaba cada uno de los paseos que daba con su padre y su hermano mayor en el pequeño velero, que aunque rozaba la treintena se podría decir, gracias al cuidado que recibía, que apenas tenía 10 años, tenía el encanto que da el tiempo y la frescura de lo nuevo.

A Jordi, su padre, le seguían llamando la atención las inquietudes de Anaia. Ella nunca había querido ser astronauta o veterinaria, siempre había dicho que ella quería ser taxista. Pero no una taxista aburrida, como ella decía.

- Cariño, si luchas por lo que quieres podrás lograr lo que te propongas.

- Pero yo no seré como esos que sólo llevan a la gente de una calle a otra. Yo viajaré por todo el mundo con la gente que se monte en mi taxi.

Su hermano, que había permanecido callado durante toda la conversación, miró a Anaia con una sonrisa irónica dibujada en la cara.

- Claro tonta, y la gasolina del coche la pagarás con billetes del monopoli.

Antonio, el hermano de Anaia, siempre bajaba de las nubes a su hermana cuando a ella le daba por divagar sobre su futuro. Aunque Anaia nunca prestó demasiada atención a lo que su hermano le decía.

Ayer fue el 28 cumpleaños de Anaia. Yo hacía 20 años que no la había visto, y sinceramente, de no ser por la corona de cumpleañera que llevaba no la habría reconocido, era preciosa, y aún conservaba esa maravillosa sonrisa de cuando era una niña. Llevaba un vestido azul ceñido que quedaba justo por encima de las rodillas. Ella me reconoció en cuanto me vio. Pasamos casi toda la tarde juntos, excepto cuando llegaban nuevos invitados a los que recibía todo lo rápido que podía sin parecer maleducada o para las fotos de rigor con sus amigos y familiares.

Aquella tarde me contó como eran aquellos paseos en barco con su padre y su hermano, y su idea de ser taxista de mundo. Anaia ahora es profesora de estadística en la universidad, dice que es feliz y que ni en broma pasaría horas conduciendo para llevar a desconocidos a otros sitios. Le daba pánico la idea de que uno de esos desconocidos intentara hacerle daño.

- Cuando era niña recuerdo que creía que la vida sería perfecta con esta edad, y la verdad es que perfecta no ha sido nunca para nada. Pero siempre he sido feliz con lo que he tenido y eso es lo que me hace sentir viva cada mañana.

En ese momento acaricié su cara con las yemas de mis dedos hasta que sus ojos se posaron en los míos. Bésame, me dijo. Yo obedecí. El sol se despedía tras las montañas, una golondrina cantaba en la rama de un árbol y en aquel momento tuve la certeza de que yo también había sido feliz durante toda mi vida con lo que tenía.

martes, 10 de julio de 2012

La voz de la experiencia

¿Os habéis planteado alguna vez las maravillosas historias que se cruzan delante de vosotros dando un paseo?

Un hombre de avanzada edad que subió al himalaya siendo joven por alguna aventura que desconoces, un niño de unos pocos meses que está viviendo todas esas novedosas experiencias de las que tu ni siquiera tienes memoria, o un joven que está sintiendo por primera vez aquello que tu sentiste hace unos cuantos años, incluso un hombre que hace unas horas caía desde un avión con un paracaídas cumpliendo aquello que tantas ganas tenía de hacer. Se me ocurren infinitas historias, por eso me parece tan divertida la gente que me rodea y a la que no conozco, puedo pasar horas enteras imaginando lo que la persona que ha pasado por delante de mí acaba de hacer, o de donde vendrán las personas del coche que tan amablemente me han dejado cruzar la carretera cuando iba con prisa porque caía una lluvia espesa y yo iba sin paraguas.

No se si alguna vez a vosotros os ha dado la tentación de escuchar, simplemente escuchar a una persona y que cuente historias sobre su vida o que las invente o que las imagine, que más da, bien valen esas historias el chato de vino al que le invito mientras le escucho. Quizá me viene este hobby por algún amigo del que tantas cosas he aprendido, él decía que lo bonito de viajar era entrar en la taberna del pueblo y escuchar las conversaciones de los "abueletes" que allí hubiera, y si tenías suerte entrar en la conversación.

Supongo que esa magia de escuchar a una persona mayor viene de que ha vivido ya muchas cosas, y si algo me llama mucho la atención, es que a ninguno de ellos se le ve arrepentido de nada de lo que ha vivido y además lo cuentan todo con una ilusión, como explicarlo...miran al infinito mientras comparten contigo parte de su vida como si vieran en una pantalla que está detrás de ti las imágenes de aquellos maravillosos años, cosa que me reconforta por poder regalar ese momento de felicidad.

Una persona muy especial me dijo no hace mucho que no todo el mundo sabe escuchar, he jugado mucho con esa idea desde entonces, la he abierto en canal, he estudiado y observado cada palabra y el significado que tiene, puede ser que esas personas nunca se hayan dado cuenta de lo que significa escuchar. Escuchar es aprender, es vivir historias que tu no has vivido, es compartir un chato de vino (en mi caso una cerveza fría, por ahora).

Es probable que un día me de cuenta de que miro al infinito con una gran sonrisa dibujada en la cara, un chato de vino en la mesa y alguien más joven que yo enfrente de mí con ojos expectantes, creo que será una de las cosas que me harán darme cuenta de que los años también pasa para mí, lo único que espero es que no sea un viejo raro, y que como todos los que yo he conocido hasta ahora no me arrepienta de nada y sonría al pensar que mi vida está llena de cosas maravillosas que me han llevado a esa silla, a ese chato de vino y a ese joven con el que comparto mis recuerdos.

A mi personalmente me entristece no haber podido aprender de historias de algunas personas que ya no me las contarán, así que no dejéis escapar la oportunidad de escuchar.

Pablo Navarro Leante

lunes, 9 de julio de 2012

Grandes logros

Un hombre que descubre el fuego, otro descubre como tratar el metal para su beneficio, el lenguaje hablado y escrito, las pirámides, la máquina de vapor, las grandes ciudades industriales, los ordenadores, Internet, teléfonos móviles.

La sonrisa de un hijo, las risas con los amigos a la hora del almuerzo, un paseo en barco escuchando las olas romper mientras se esconde el sol, una tarde de piscina, cubata y libro, un viaje con tu pareja, un amanecer en el campo sintiendo el roce de los arbustos en tu piel mecidos por la brisa de la mañana.

Ahora decidme vosotros cuales son los grandes momentos de la humanidad, porque unos no existirían sin los otros. Dejad de pensar por un momento en los planes del mañana y pensad en el ahora, en lo que tenéis,  veréis que se disfruta con tan sólo recordar esas pequeñas cosas. La esencia está en que esas pequeñas cosas hacen que los grandes logros sean eso, grandes.

Pablo Navarro Leante.

jueves, 21 de junio de 2012

Día internacional de la música

Vibraciones, no es más que eso...vibraciones creadas por movimiento. Estamos rodeados de música a todas horas y en todas partes. La música significa la vida misma, la existencia. Porque si lo pensáis bien, la música se crea a través de vibraciones en el aire producidas por simples movimientos, el sonido de la lluvia, el de un objeto al caer al suelo, pasando por una canción, un paso-doble, hasta llegar a la grandiosa melodía de una orquesta interpretando  la novena sinfonía de Beethoven.

La música es algo que va unido a la misma existencia, una existencia muda es imposible. Es quizá por eso por lo que el ser humano ha aprendido a dominar estas vibraciones desde siempre, para recordarse a si mismo que existe, que la vida es movimiento, que pese a todo la música sigue sonando.

Como bien dijo alguna vez alguna persona en algún lugar "si algo me ha enseñado la música es que hay que respetar los gustos de todo el mundo, aunque estos sean una mierda." Y no le faltaba razón, cada uno de nosotros somos distintos y a cada uno nos gusta percibir estas vibraciones de una forma u otra, música, que nos hace sentir como queremos y cuando queremos. Ese es probablemente el mayor poder de la música, ser capaz de apaciguar el alma cuando lo necesitamos y de encenderla hasta tal punto que pareciera que quiere salir de nosotros cuando necesitamos desahogo. La música hace que nos podamos sentir como queramos cuando queramos, y esto queridos amigos es una bendición.

Os aconsejo una cosa, id al monte, a una playa desierta, al mismo desierto si podéis, y una vez allí manteneos en absoluto silencio. Ahí os daréis cuenta de que la música no es una canción de The Beatles, o un tema de David Guetta, o una canción de Café Quijano, o una de Extremoduro, que también...pero descubriréis que la música va mucho más allá, al principio creeréis que no escucháis nada, pero entonces os daréis cuenta de que el viento mueve las hojas de los árboles, que las olas rompen contra la arena, que los pájaros cantan, empezaréis a sentir vuestro corazón latir, vuestra propia respiración, y entonces descubriréis la música más bonita, la música de vuestra propia existencia, lo más bonito que se nos ha regalado, existir.

Disfrutad de este regalo, porque no es que forme parte de la vida, es que es la propia vida y a veces no le damos la importancia que merece. Y recordad, pase lo que pase, la música seguirá sonando.

Pablo Navarro Leante

lunes, 28 de mayo de 2012

Una vuelta por mi mente

Es extraño, pasamos la mayor parte del presente pensando en nuestro futuro, y cuando llega ese futuro, la mayoría de las veces pensamos en lo que fuimos o en lo que seremos. Hay un refrán, dice "cualquier tiempo pasado fue mejor", pero si recordamos nuestros pensamientos pasados nos daremos cuenta de que la mayoría del tiempo pensábamos y actuábamos con miras de futuro.

¿Para que tiempo vivimos entonces? es una pregunta que me he repetido hasta la saciedad. Para intentar llegar a algún lado con esto, lo primero que me planteo es...¿Qué es el tiempo? el tiempo por definición es continuo, quiero decir, no hay un "ahora", porque el momento en que terminas de pensar en ese "ahora" ya no es el instante que tú quisiste guardar en tu memoria como ese "ahora", habrán pasado milésimas de segundo quizá, pero ya no es ese preciso instante. Se que es algo complejo de entender, que incluso pudiendo llegar a entender puede no intentarse por simple pereza.

Pero esta conclusión a mi me ha llevado a pensar que en realidad no vivimos para ningún tiempo concreto, si no para ciertos momentos. Algunos de esos momentos los elegimos nosotros con nuestras decisiones diarias de forma premeditada, pero otros surgen de repente. Mi paseo hacia lo más profundo de mis pensamientos me ha llevado a la idea de que quizá vivamos para estos momentos espontáneos, porque si examinamos nuestros recuerdos encontraremos de todo, momentos buenos, malos, pequeños, grandes...pero ¿Qué es lo que realmente nos da felicidad? ¿En busca de qué actuamos de una manera o de otra?

¿Tener una carrera? Un orgullo, una satisfacción, una felicidad temporal, pero cuando pasado un tiempo te pones a pensar en la carrera no piensas en que tienes un título en algún cajón guardado o expuesto en algún marco, piensas en los momentos que has pasado a lo largo de tu vida universitaria, momentos buenos especialmente, risas, cachondeo, amor. Y cuando te sacas la carrera no lo haces para tener ese titulo, si no para gracias a él conseguir un trabajo que te permita ganar un dinero para un día cualquiera ir a almorzar con tus amigos y hablar de todo y de nada, para ir a cenar con tu esposa o con tu novia, para regalar a tus hijos algo que haga que brille su rostro por un momento y que a ti te haga sentir la persona más afortunada del mundo.

El paso del tiempo es algo natural, algo de lo que no tenemos que lamentarnos, todo lo contrario, alegrarnos de que gracias a que el tiempo pasa podremos vivir nuevos momentos que nos quedarán grabados para siempre, porque la grandeza de estos momentos es justo eso, la continuidad en el tiempo que hace que ese instante sea efímero y no lo podamos disfrutar eternamente.

Así que, aquí, un servidor intentará no vivir por ni para ningún tiempo concreto, si no encarrilando mi vida de la manera que más me guste y esperando con impaciencia ese momento de paz, de alegría, de alboroto, de felicidad, de tristeza que me haga sentir que el tiempo sigue pasando para disfrutar la vida como se merece.

No espero que me entiendan, pero espero que pretendan entenderme aunque se que es difícil, pero comprendan que a lo más profundo de mis pensamiento apenas llega una tenue luz que me permita ver más allá de lo que tengo delante.

martes, 22 de mayo de 2012

Decisiones

Madrid, 6 y media de una fría mañana de mayo. Un joven muere atropellado cuando se dirigía a su puesto de trabajo por un Hyundai Coupe negro cuando él cruzaba por un paso de peatones sin mirar ni a un lado ni a otro, ensimismado en sus pensamientos. Del trágico accidente sólo quedarán las huellas de sangre derramada en el capó del coche, que días más tarde limpiarán para después pulir la superficie del mismo. La única huella que queda para siempre es la que tienen en el corazón los familiares del joven.

El conductor declara haber conducido bajo los efectos del alcohol, pero también bajo un fuerte trastorno psicológico, ya que esa misma noche había llegado su hija a casa con marcas en la piel de golpes que su novio le había dado, pero que ella decía merecer. Ante la incapacidad de convencer a su hija de que le contara toda la verdad y que fuese a denunciar al novio, el padre todo lo que hizo fue ir al bar de siempre, a beber las cervezas de siempre, sólo que esta vez no iban dirigidas a ocultar en lo más profundo de si la rabia y el miedo, si no para sacarlo todo junta y dirigirlo a la persona que tanto daño estaba haciendo a la persona que más quería.

El novio, a punta de pistola, confiesa que pegó a su hija, pero pide compasión al padre. Dice que él nunca había hecho nada parecido, que se sentía como una mierda por haberlo hecho, pero que ese día estaba fuera de si. Ese mismo día su hermana había sido víctima de acoso en la oficina donde trabajaba y tras enterarse él, la primera persona con la que se encontró fue su hija, con la que lo pagó todo. El joven jefe de su hermana le había dicho que de no hacer lo que él quería, a la mañana siguiente habría salido de su casa a las 6 y media como cada día, sólo que lo único diferente esta vez sería que que pensaría desde que saliera hasta su puesto de trabajo serían los motivos que iba a dar al presidente de la importante compañía para que no se tratase de un despido injustificado.

Por insignificantes que puedan parecer nuestras acciones traen consecuencias de una forma u otra, afectando a personas que ni siquiera conocemos. ¿Por qué tomarse la vida tan a la ligera? cada decisión es importante, disfrutemos de cada momento y seamos consecuentes.

viernes, 20 de abril de 2012

mi curiosa historia sobre la cordura

Catorce años acababa de cumplir. Siempre me habían parecido unos idiotas los niños que decían tener amigos invisibles. -Jamás se harán mayores- pensaba cuando Tomi me contaba cada día lo que había hecho la tarde anterior con estrella, creo que alguna vez llegó a contarme que se trataba de una mezcla entre un perro y un loro, aunque yo nunca entendí porque le había puesto el nombre de un bicho del mar.

Aquella tarde, como muchas otras, me senté delante del televisor para jugar a la videoconsola intentando hacer el menor ruido posible para que mi madre no me reprochase, como siempre que me veía ahí sentado, que nunca hacía nada, en realidad yo tampoco creía que hubiese mucho que hacer. Y como muchas otras tardes a eso de las cuatro y media sonaba durante un tiempo que yo creía exagerado el telefonillo, era Ernesto, un gran amigo de mis padres creo, no recuerdo bien desde cuando. Tenía un leve acento argentino, que sonaba bastante raro debido a su profundo acento murciano, y siempre tenía una barba bastante larga que tapaba la parte más baja de su cara, creo que también le gustaban mucho los puros, pero jamás llegué a saberlo porque mi madre odiaba el olor del tabaco y tenía terminantemente prohibido que nadie fumase en casa. Me llamaba mucho la atención lo sigiloso que era al entrar, además nunca se molestaba en saludar a mis padres ni siquiera era capaz de escuchar sus pasos por el pasillo, de repente estaba, ahí, mirándome, siempre conseguía hacerme reir con su saludo.

- ¿Ya estamos otra vez con el bicho ese?

Mientras gesticulaba de forma burlona mi manejo de los mandos de la videoconsola mientras pegaba pequeños saltitos primero con una pierna y después con la otra.

- ¡Ernesto, para, estoy apunto de pasarme la pantalla y me despistas!

El nunca había entendido mi frustración cuando intentaba algo por decimoquinta vez y no lo conseguía.

-Vamos Pablo, sabes que lo importante en esta vida no está dentro de una pantalla. Lo que tienes que hacer es estudiar.

Siempre lo repetía, era algo que me sonaba tan repetitivo que había perdido ya su sentido. Como esa sensación que tienes al repetir varias veces la palabra alfombra, una y otra vez, hasta que te das cuenta de que es una palabra rara, que si no fuera porque la estás diciendo tu mismo creerías que no la has escuchado en toda tu vida. Estudia, estudia, estudia...me decía. Es importante que estudies, que leas, que te formes con  interés, es la única forma de que "esos" no puedan manipularte a ti y a tu libertad de pensamiento. Algo que por aquel entonces me sonaba a cuento chino y a fantasías suyas, que además cuando le preguntaba por "esos" siempre me contestaba que hiciese lo que el me decía que me daría cuenta de todo yo sólo, y vaya si me dí cuenta.

Pero aquel día cuando Ernesto tenía la intención de salir por la puerta pasó algo que cambiaría toda mi vida.

- Cuidate mucho Pablo, y estudia, estudia mucho, no te rindas nunca.

- Siiii

Le reprochaba yo mientras intentaba concentrarme en la pantalla. Y justo antes de girarse para abrir la puerta me guiñó el ojo, algo que me dejó perplejo porque nunca antes lo había hecho, ni a mi nunca se me había ocurrido que pudiese llegar a hacerlo, aunque parezca algo normal, es una de esas cosas que nunca le había imaginado hacer.

-¿¡Qué haces jugando a la videoconsola!?

Era mi madre, estaba en la puerta, yo había pestañeado un momento y de repente la figura de Ernesto se había convertido en la de mi madre, que me regañaba desde la puerta, pero Ernesto había desaparecido de repente, era como si se hubiese vaporizado.

-¿Y Ernesto mamá?

-¿De que narices estás hablando Pablo?

- Ernesto mamá, Ernesto, estaba aquí hace un segundo y ya no está

De repente la cara de reproche de mi madre se transformó, estaba intentando disimular una risilla de estas que la gente expresa cuando algo le da ternura, como cuando ves por primera vez al hijo recién nacido de un buen amigo.

- Cariño, ya tienes catorce años, creo que ya va siendo hora de que dejes de jugar con amigos que no existen y centrarte un poco.

Creo que mi madre no se dió cuenta de lo que me estaba pasando por la cabeza en ese momento, porque de ser así no me habría dicho que apagase la televisión y que me pusiera a estudiar mientras cerraba la puerta. De repente me di cuenta de que jamás había escuchado a mis padres hablar con Ernesto, que nunca lo había visto fuera de las cuatro paredes de esa habitación y que no era capaz de recordar por qué ni cuando lo conocí. Creo que mi cara en aquel momento se podía camuflar con la pared que tenía detrás del sofá de lo blanca que llegó a estar. Yo tenía un "amigo de mis padres" imaginario, que además marcó toda mi vida de ahí en adelante.

Me costó meses saber lo que había pasado exactamente, pero ni siquiera ahora tengo total certeza de por qué yo veía a alguien que ni siquiera existía más que en mi imaginación, pero jamás desde entonces he vuelto a dudar de la cordura de cualquier persona por muy raros que fueran sus pensamientos o sus actos. Puedo pensar lo bueno o malo que puede llegar a ser bajo mi punto de vista, pero teniendo en cuenta que jamás yo poseeré la verdad absoluta.

Pablo Navarro Leante

martes, 17 de abril de 2012

¿Poema? al 2 de mayo


Siete de la mañana
Que no de una normal
La de escuchar a la ventana
Mientras suena el retronar

El caballo ya vestido
Se dispone a cabalgar
En la mente el recorrido
Que a la gloria va a llevar

En las caras ya reluce
El alegre despertar
de una ciudad que seduce
al peregrino y a su andar

el vino que ya canta
tras la misa en el altar
a través de la garganta
de festeros al saltar

el sol desde lo alto
ya reluce como el oro
y el caballo con decoro
de correr se siente falto

mil almas impacientes
en la cuesta que se apartan
mientras los cuatro valientes
de correr jamás se hartan

el sol lejos se pone
el caballo ya cansado
los cuatro corredores
y un festín desmesurado

Perdón por el atrevimiento de poner aquí lo primero que escribo en poesía, pero aunque sea algo malo quería compartirlo con el que quisiese leerlo.

Pablo Navarro Leante

sábado, 14 de abril de 2012

La fuerza de un sentimiento

Son demasiados años de salir corriendo después de comer el arroz del día dos para ponerse el traje de san jorge e ir al refugio, donde poco a poco íbamos llegando la mayor parte de los integrantes de San Jorge para tomarnos nuestro primer brebaje vestidos con una cruz roja sobre el corazón que auguraba tres días de fuertes sentimientos. Ese sentimiento de que no podía ser que ya estuviésemos ahí otro año más se desvanecía cuando, desfilando hacia el pisábamos la arena de una cuesta con miles de pisadas en la arena de una carrera que había terminado pocas horas antes.

Demasiados años doblando por primera vez la esquina de la gran vía tras pasar por la plaza del arco y ver todas las tribunas llenas de gente esperando a que pases, con unas marchas cristianas que no se irán de tu cabeza hasta pasado unos meses.

Hoy me cae una lágrima mientras escucho Jéssica acostado en mi cama, esa marcha cristiana que hace ya casi un año nos llevaba por estrechas calles hacia el momento en que miles de almas miran desde el templete como un grupo de algo más que amigos diría yo, baja solemne cantando su himno. Perderme un día del cristiano como hoy me encoje el corazón, pero lo que me hace sentir un verdadero dolor es saber que este año la mayoría de los componentes que el año pasado bajaba esa cuesta orgulloso de pertenecer a los Caballeros de San Jorge de Alfama seremos esta vez los que desde abajo mirarán con orgullo y dolor como son aquellos que nos han enseñado a vivir el mundo de cristianos y moros los que bajan. Pero no dudo que en el momento en que lleguen abajo, todos los que sentimos esto le haremos el pasillo que siempre le hacemos.

Porque cuando llevas casi toda una vida creando un fuerte sentimiento compartido con las mismas personas, en el momento en que aquello que tantos momentos buenos te ha hecho pasar, sencillamente pasa delante de ti mientras estás sentado en una tribuna y te das cuenta de que tu no puedes unirte a ello, es imposible que el alma no te pida salir corriendo, coger una espada y unirte a ello como si de un año más se tratara.

Pero por suerte o por desgracia el tiempo pasa, y aunque quizá esos momentos se nos hagan eternos sabemos que volveremos, y si los infantes de San Jorge siempre han sido un grupo de alegría y celebración, imaginaros tras un año de insufrible abstinencia. No sólo volveremos, si no que volveremos para desatar ese sentimiento que durante este año se nos quedará guardado en el corazón, para convertir las lágrimas que este año serán de tristeza por no poder estar ahí en lágrimas de alegría por volver a vivir aquello a lo que nos une una vida entera de emoción y devoción.

Me despido esta vez con gran dolor pero a la vez con gran esperanza y con un corazón blanco y rojo que late al ritmo de nuestro himno.

¡VOLVEREMOS!

lunes, 9 de abril de 2012

La magia de la tradición


- ¡André!, ¡ANDRÉ!

- Evrard tranquilo, dime, ¿qué ocurre?

- Es Pedro, está enfermo, apenas puede hablar, parece como si le hubieran envenenado. Pero eso no es todo, en su misma situación se encuentran otros diez hombres comendador, el médico cree que es el agua, todos habían bebido de ella antes de caer enfermos.

- ¡Dios mío! Vamos, quiero ver a Pedro…¡Rápido!

Hacía dos semanas que los soldados de Alá habían conseguido invadir la aldea y que los pocos aldeanos que habían conseguido sobrevivir al ataque habían corrido al castillo para refugiarse y salvar su vida. Hasta ahora habían conseguido aguantar el asedio, pero cuando André encontró al médico sus ánimos se desvanecieron.

- Es el agua de los aljibes comendador, la han envenenados esos hijos de Satán, y sin agua estamos perdidos.

- ¿Pero no tenemos ninguna reserva?

- Nada. Toda la que teníamos está corrompida

- ¡Maldita sea!, ¡Evrard ven, necesito hablar contigo!

André y Evrard se dirigieron a una pequeña sala que había justo detrás del santuario de la Cruz. André no paraba de dar vueltas a los escasos tres metros cuadrados que tenía la sala, parecía estar pensando algún retorcido plan con la concentración con la que rezaba en el templo durante las distintas oraciones del día.

- Hermano, no nos queda otra que arriesgar la vida de cuatro hombres para salvar a la gente de esta aldea y seguir custodiando la Santa Reliquia.

- Comendador, bien sabe que no son cuatro hombres los que darían la vida por la Santísima Cruz, si no que todos los hombres que tenemos el honor de custodiarla moriríamos por protegerla.

- Es por eso Evrard que nuestros cuatro mejores hombres saldrán esta noche cuando la oscuridad sea máxima con un caballo y pellejos que llevarán hasta el lugar en que se guarda el vino cada año tras la vendimia. Ya que es mucho menos arriesgado que ir hasta algún lugar en el que haya agua potable. Porque aunque este lugar esté alejado, tras sobrepasar la guardia mora, si lo consiguen, no tendrán problema en llenar estos pellejos fuera de cualquier peligro

- Yo seré uno de esos cuatro, comendador.

André aunque no quería que su mano derecha arriesgase su vida en un momento tan difícil sabía que dijera lo que dijera este no se iba a perder la oportunidad de jugarse la vida por defender la Cruz, tarea a la que llevaba dedicando veinte años de su vida.

Durante todo el día estuvieron rezando los cuatro hombres que iban a realizar la misión más peligrosa de sus vidas. Mientras, André sentado en la habitación en que dormía se preguntaba si había mandado a cuatro hombres a la muerte en una misión que si no fuera por la fe ciega que tenía en la providencia de Dios pensaría que era imposible.

Hasta que a las dos de la madrugada, sin luna en el cielo, lo cual hacía la noche mucho más propicia para la misión, se abrieron sigilosamente las puertas de la muralla y cinco sombras y el sonido de unos cascos chocar contra el suelo se deslizaron pendiente abajo hasta llegar donde se encontraba la guardia mora.

Bien conocían el terreno para saber que por el sitio por el que ellos intentarían escabullirse no habría más de cinco o seis hombres ya que se trataba de un camino muy escarpado, estrecho y con barrancos a ambos lados del mismo, pero con unos arbustos que bien podrían proteger a los cuatro caballeros y al caballo de ser vistos. Y así fue, cuando llegaron al lugar de la guardia pudieron ver, desde los arbustos, cinco hombres con túnicas blancas y negras desarmados. Sus espadas estaban apartadas ya que llevarlas encima podría ser muy incómodo además de poco productivo debido al poco peligro que había en aquel estrecho paso.

- Capitán, ¿Por qué no atacamos por sorpresa y los matamos con rapidez para no levantar la más mínima sospecha?

- No Gilbert, no me arriesgaré a que muera ninguno de nosotros, lo haremos como habíamos planeado. José y tú iréis por aquel lado, Thomas y yo iremos por este con el caballo. ¡Adelante!

Así consiguieron pasar sin que ningún soldado moro se diera cuenta de su presencia, quizá porque tras unas horas de disfrutar de vino y anécdotas de guerra estaban ebrios y adormecidos. Y tras veinte minutos de camino consiguieron llegar al lugar donde se guardaba el vino, que seguía allí intacto. Con prisa llenaron los cuatro pellejos de vino y los colgaron al caballo, que en aquel momento pareció henchirse de orgullo como si tuviera plena consciencia del papel que desempeñaba en todo aquello. Pero ahora quedaba lo más difícil, volver a pasar el cerco moro, esta vez con los pellejos llenos de vino.

Y tras desandar el camino y volver al lugar donde hacía algo más de una hora estaban los cinco soldados hablando alegremente alrededor de una hoguera, se dieron cuenta de que habían caído en el último embrujo del vino, ese que tras alegrar parte de la noche sonrojando las mejillas del que lo bebe hace que de repente te pesen cada vez más los párpados hasta caer en el sueño más profundo. Esta vez Gilbert insistió con más ahínco si cabía a Evrard, su capitán.

- Son cinco enemigos menos que derrotar si los matamos ahora capitán, están completamente dormidos, no les dará tiempo ni si quiera a pedir ayuda.

- Pero nuestra misión no es derrotar a ningún enemigo, es impedir que los nuestros mueran deshidratados Gilbert, y no hay ningún tiempo que perder.

Tras esta contestación Gilbert elevó la voz indignado para contestar.

-¡Lo siento Evrard, pero no puedo permitir que estos cinco sarracenos sigan vivos mientras…

- ¡TEMPLARIOS! ¡TEMPLARIOS!

Un soldado moro estaba de píe gritando alarmado mientras iba a buscar las espadas, los gritos de Gilbert lo habían despertado y él ahora había despertado a sus compañeros, así que a los cuatro templarios no les quedó más remedio que disponerse a luchar tras una mirada de rabia y decepción de Evrard hacia Gilbert. Pero justo cuando Thomas se disponía a lanzar su primer ataque sobre un sarraceno desarmado que no le había dado tiempo ni a levantarse del suelo se escucharon unos gritos que venían desde el camino por el que se llegaba al lugar de donde cogieron el vino. Los gritos habían alarmado a otro grupo de guardias que se dirigían hacía donde se encontraba el griterío.

- ¡Mierda! ¡Vamos, por vuestras vidas, coged al caballo y corred, corred sin pararos por nada ni por nadie! ¡Si alguien cae seguiremos hasta llegar al castillo!

Los cuatro templarios se agarraron con todas su fuerzas al caballo, dos a cada lado, y el caballo como si supiera lo que tenía que hacer comenzó a correr camino arriba hacia la muralla que ya se iba abriendo para recibir el preciado vino y a los cuatro valientes soldados. Pero cuando apenas llevaban unos segundos corriendo José sintió que se soltaba del caballo. Cuando de repente vio a su lado agarrándole una sombra que le resultaba familiar, un aldeano que había visto en la enfermería del castillo.

- Vamos José, no caigas ahora, para mi ya es tarde, pero ahí arriba hay muchos hombres que necesitan ese vino para sobrevivir, agárrate a ese caballo, corre, porque son muchos los que dependen de vosotros.

De repente José veía cada vez más sombras, todas chillaban, todas se iban abriendo poco a poco a su paso dándoles el aire y los ánimos que les llevaban cuesta arriba aunque les fallasen las fuerzas, cada uno de esos gritos hacían que sus piernas se moviesen más y más rápido. Se dio cuenta de que había nacido para ese preciso momento, para llevar a cabo esa preciosa misión, la ilusión y la esperanza de mucha gente estaba en las manos de estos cuatro valientes y era esa ilusión y esperanza la que les llenaba de aire los pulmones para dar la siguiente zancada.

- ¡JOSÉ, JOSÉ! ¡8’630 SEGUNDOS, VAMOS PRIMEROS JOSÉ, VAMOS PRIMEROS!¡ESTE AÑO ES EL NUESTRO, HAS CORRIDO COMO NADIE TIÓ, INCREIBLE CARRERA!

José miraba el cronómetro con las manos en la cabeza, mientras que otros dos corredores saltaban a su lado y le abrazaban mientras que el cuarto entraba dando besos al caballo en el castillo. Apenas entraba en su cabeza lo que acababan de conseguir. Un año preparándose para aquel mágico momento sin saber si se iba a hacer realidad, y de repente se encontraba con un 8’630 dibujado en el cronometro y gran parte de la cuesta saltando y cantando aquello de.

- ¡¡SÍ SÍ SÍ, ESTE AÑO SÍ!!

Que preciosidad cuando el sentimiento de toda una población se junta en un lugar tan reducido y con tanta tradición para rememorar un momento tan importante. ¡Que digan lo que quieran!¡Pero yo me quedo con las fiestas de mi pueblo!

Pablo Navarro Leante

martes, 27 de marzo de 2012

HUELGA GENERAL 29M

El jueves por primera vez iré a las manifestaciones de una huelga general en la capital de España. ¿Qué espero encontrarme?, pues una clase trabajadora gritando ahogada que no pueden más, pidiendo a la sociedad española que se movilice, porque parece que últimamente se nos ha olvidado que los que gobiernan en última instancia somos nosotros para el beneficio conjunto de la sociedad y no para el de los políticos. Espero encontrarme no solo obreros, si no con autónomos, que se dejan el pellejo cada día para sacar su negocio y su familia adelante, empresarios honrados gritando contra los explotadores, piquetes informativos que verdaderamente informen desde un punto de vista imparcial de cual es la verdadera situación y cuales podrían ser las posibles soluciones. Espero también encontrarme a una policía que ayude a que la jornada se desarrolle con la mayor normalidad posible, espero no encontrarme con pancartas de los dos sindicatos mayoritarios de este país que se enriquecen con el dinero de las españoles para hacer lo que les conviene cuando les conviene y espero que al final del día haya servido como mínimo de jornada de reflexión.

¿Qué creo que me voy a encontrar? En la cabeza de la manifestación una gran pancarta con el nombre de UGT Y CCOO bien grande...más que nada porque ellos son los que luchan todos los días por los derechos de los trabajadores...¡¡Ah no!! espera un momento, ¡¡¡si en España aproximadamente el 80% de los trabajadores no están afiliados a sindicatos!!! será por lo bien que funcionan...Sí vale, será eso. Creo que el gobierno hará caso omiso de las personas que realmente lo necesitan, incluso de muchos de sus votantes...¿Que más da? tienen cuatro años por delante para los últimos 5 meses de mandato volver a intentar conseguir votos. Creo que me encontraré personas insultando y obligando a cerrar a dueños de tiendas de ropa, de comida, bares(después de haber almorzado ¡¡FALTARÍA MÁS!!) que lo único que hacen es intentar no quedarse sin el dinero que ganaría ese día, ya que no dependen más que de ellos mismos para sobrevivir y no creo que el dinero les llueva del cielo, pero vamos no lo sé. No se por qué me da que me encontraré antidisturbios, como decirlo....poco simpáticos, que a la mínima se líen a porrazos con la gente, o a los que no puedas preguntarte la hora porque te dirán:¿¿ Pero a mi que me cuentas?? ¿Crees que soy un punto de información o algo así payaso?

Yo sinceramente no creo en la huelga del jueves. Primero porque ha sido convocada por unos sindicatos que no representan ni de lejos a los trabajadores de este país, una huelga general debe surgir por otros medios, pero claro...cuando surge algo alternativo resulta que son unos perroflautas, aunque haya gente de toda clase en dichos movimientos, pero bueno ese es otro tema. Además no creo personalmente que sea el momento de hacer una huelga general, porque no se ha dejado reaccionar al sistema, hemos gastado más de la cuenta y eso hay que pagarlo. Lo que me "jode" es que lo tengan que pagar aquellos que más la sufren y no los que la provocaron. Pero si queremos salir ahora hay que apretarse el cinturón. Claro que el que no esté de acuerdo con el sistema veo completamente lógico que quiera luchar contra él.

En fin que cada uno saque sus propias conclusiones, pero pensando el por qué de cada una...sin hacer las cosas porque sí o porque me lo han dicho, porque entonces es cuando recortaremos nuestras propias libertades.

Este es mi punto de vista a día de hoy, con mi propia experiencia, como siempre digo, respetaré a todo aquel que no lo comparta e intentaré seguir aprendiendo de todo lo que escuche. Ya os contaré que tal fue.

Pablo Navarro Leante

martes, 20 de marzo de 2012

El día del hermano

Me preguntaba yo el pasado lunes 19 de marzo, que si hay un día para cada una de las personas que nos dieron la vida, ¿por qué no hay un día para aquellos que te acompañarán el resto de ella?

La verdad es que ni siquiera he buscado si existe tal día, pero de no hacerlo debería estar ahí ¿no creéis?, entre el 19 de marzo y el primer domingo de mayo, un día dedicado a aquel que te ha enseñado gran parte de lo que sabes, que se ha ido abriendo camino por delante de ti y te lo ha puesto todo mucho más fácil, diciéndote donde estaban las grandes piedras en el camino en las que él había tropezado, y aunque caemos en unas pocas de ellas, la mayoría las esquivamos. O a aquel que has intentado proteger desde pequeño y que ha acabado protegiéndote él a ti, aquel al que has intentado enseñar lo que crees que está bien o lo que está mal y ha acabado enseñándote él a ti, ese que ha venido a contarte cosas que muy pocos saben para que le dieras un consejo.

Y para que nos vamos a engañar aquellos con los que ha habido roces porque se ponían tu ropa y la estropeaban o porque querían tener el mando de la tv a la vez que tú en esas ya lejanas mañanas de sábado de dibujos animados. Pero estos roces lo que han conseguido en unir con lazos mucho más fuertes y hacer que se conozcan mejor esos hermanos.

Es preciosa la relación que se tiene con un padre o una madre, unos abuelos, tíos, la pareja. Pero los lazos que unen a los hermanos van mucho más allá, más allá de las palabras, de los gestos, de los abrazos.

Se que me he explicado con más bien poca claridad, pero si ya es difícil expresar un sentimiento como el amor, este para mi lo es mucho más, sobre todo por lo que significan mis hermanos para mí, y espero de corazón que los que me leáis seáis capaz de entender a lo que me refiero. No dejéis escapar la oportunidad de sentir lo que yo siento por un hermano.

Pero eh...tampoco os emocionéis, ¡¡que os quiero pero no tanto!! :)

Pablo Navarro Leante

martes, 6 de marzo de 2012

Educación decadente

Se dicen tantas cosas sobre la educación hoy día. Imagino que cuando un tema se pone tan de moda puede ser por dos motivos, o porque a alguien le interesa que se ponga de moda y consigue que esto esté en la mente de mucha gente o porque a la gente por si misma le surge cierto interés. Pero eso lo dejaré para que cada uno piense lo que crea.
Más allá de que el gasto en educación, según mucha, gente quede corto, yo no pienso que sea así, y me explico. Sencillamente bajo mi punto de vista se trata de un problema de redistribución y sinceridad de los contribuyentes (con esto último me refiero a lo que ya sabemos todos de ciertas familias a las que becan sin necesidad de ello debido a una declaración de la renta digamos que dudosa), y me explico. Lo que no es normal es que cualquier persona con una renta digamos medianamente alta pueda acceder a una educación pública al mismo precio que una persona con renta baja. Para aquellos que no lo sepan, el conjunto de españoles están pagando con sus impuestos el 85% del curso que los universitarios estamos estudiando, para que os hagáis una idea, esos 700-1000 euros que pagamos en una universidad pública son tan sólo el 15% del precio total del curso. Quizá lo primero que hay que tener en cuenta a la hora de salir a protestar es si nosotros estamos cumpliendo el trato que hacemos con la sociedad, porque la sociedad nos exige que más adelante le devolvamos ese favor, y eso sólo puede hacerse si aprovechamos todos los medios que se ponen a nuestra disposición. Pero si no estamos cumpliendo nuestra parte, ¿Por qué iban los españoles, en este caso es el gobierno el que toma la decisión, a seguir cumpliendo su parte del trato si no les correspondemos? Es como que te quiten tu casa porque no estás pagando la hipoteca y te exijan que sigas pagando ¿no creéis? 

Por tanto una vez que nosotros tengamos la honradez (y por supuesto me incluyo a mí mismo) de aprovechar todos los medios que ponen a nuestra disposición y cumplir nuestros deberes, entonces sí tendremos ese derecho de protestar para que nos den una educación de mayor calidad. Que a mi entender se consigue, primero con grupos más reducidos de alumnos a los que los profesores puedan prestar una mayor atención individual, pero esto sin ganas de enseñar por parte del profesor es imposible, porque, sobre todo los alumnos nos damos cuenta de esto, hay algunos profesores que están ahí simplemente para ganar un sueldo, mientras que a otros siempre les guardaremos un rinconcito en nuestra memoria. Y esto no creo que sea tan difícil de conseguir cuando hay estudios que demuestran que un tercio del profesorado universitario ni da clase ni investiga, por tanto si los alumnos cuyas familias pueden pagar más, pagasen más de forma solidaria con aquellos que no pueden pagar tanto, probablemente tendríamos una educación de más calidad. Y si hay algo que considero esencial en este aspecto es que a los alumnos no tendrían que atosigarnos tanto con el Plan Bolonia de la manera en que lo están haciendo, ya que si uno quiere sacar buena nota tiene que pasarse los días entre universidad y trabajos y apenas nos queda tiempo para investigar, leer, ver documentales, o simplemente pasear y observar la realidad, y creo que esta es la parte más importante en la formación de una persona, el contacto con la realidad y la aplicación de lo que estudia a la misma.

Pero bueno, como siempre digo, esta es mi opinión, son observaciones mías y no creo poseer la verdad absoluta, así que cualquier persona que piense otra cosa por mi parte será respetada al 100% e intentaré comprender su postura. Espero no haber parecido demasiado denso en esta entrada. Prometo que la próxima será más llevadera. Pero creo que esto tenía que decirlo. 

Pablo Navarro Leante

domingo, 26 de febrero de 2012

Economía y humanismo

Como dice José Luis Sampedro, economista catalán nacido en 1917, quizá no hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. Porque hace no demasiados años cualquier español tenía posibilidad de pedir un préstamo para cualquier pequeñez en un banco, y resultaba que según estos, ese préstamo era maravilloso y de muy fácil devolución y no dudaban en concederlo. ¿Entonces? ¿Por qué eran los españoles los que vivían por encima de sus posibilidades? A ellos les daban la oportunidad de conseguir un préstamo, y les decían que por supuesto que estaba dentro de sus posibilidades, que no había ningún peligro, cuando los que estaban prestando por encima de sus posibilidades el dinero de los demás eran los propios bancos. Y ahora, cuando las cosas se ponen difíciles la culpa resulta que fue nuestra, porque no tuvimos la brillante idea de cuestionar lo que el banco nos decía. Nos han metido en la cabeza que es que viviamos por encima de nuestras posibilidades, incluso a mi, que hasta hace apenas unos días era de los que decían que lo que no podía ser era que hubiese gente ganando 1000 euros al mes y tener dos coches, una casa en la playa...etc etc, pero claro eso no puede ser si lo único que tienes son esos mil euros. Pero si te están regalando, literalmente,  el dinero, ¿tan tontos íbamos a ser para rechazarlo?. Lo que no puede ser es que el sector financiero no tuviera regulación alguna, que esos mismos bancos estadounidenses que ofrecían paquetes de inversión que incluían los ya mil veces nombrados activos tóxicos, es decir, las llamadas hipotecas subprime o directamente hipotecas basura (hipotecas que habían sido concedidas con un alto riesgo, ya que la devolución de las mismas era poco probable), apostaran contra esos mismos activos, es decir, a que su valor disminuiría, creando una fortuna millonaria a base de jugar con la vida de millones de personas de todo el mundo, que quizá con un azar distinto habrían sido las que hubieran tomado esas decisiones, lo que quiero decir con esto es que todas las personas tenemos los mismos derechos y obligaciones, seamos quien seamos y estemos donde estemos. Esta tendencia de desregulaciónfinanciera tuvo sus orígenes bajo la administración Reagan, fue posteriormente continuada por la administración Bush, profundizada por el gobierno del demócrata Clinton, y llevada hasta sus extremos por W. Bush. Que gran ejemplo la política económica americana ¿verdad? No se si con esta vaga sombra de explicación de como hemos llegado a donde estamos pueden darse cuenta de las barbaridades que puede llegar a acometer un hombre con poder. Lo que quiero decir es que como ha demostrado ese gran economista que ya he nombrado, J.L Sampedro, es posible un mundo en el que tengan cabida la economía y el humanismo sin que una elimine a la otra, lo único que hace falta es solidaridad, tan cercana a veces pero tan lejana a escala global.



Cómo siempre diré esta opinión es mia y entiendo que no poseo la verdad absoluta como algunos creen poseerla, así que es muy lógico que alguien pueda cuestionarla y lo respetaré. Podría seguir hablando de lo bien que lo ha hecho el Banco Central en esta crisis, no os podéis imaginar los deshaucios que podrían haberse evitado. Pero en fín, encendamos la tele y veamos Hombres Mujeres y Viceversa....total, para 2 horas que tengo al día para mi sólo me faltaba calentarme la cabeza.