sábado, 2 de abril de 2016

Por cierto, soy economista

Que maravilloso es el azar o la supersimetría que han permitido que hoy pueda estar escribiendo estas palabras. Es lo que uno piensa cuando se da cuenta de que es maravilloso tener la oportunidad de descubrir, porque el simple hecho de vivir está profundamente relacionado con el descubrir. Yo diría, incluso, que es prácticamente lo mismo.

Muchas veces estamos cegados por una sociedad que nos enseña, que la máxima de la vida es conseguir el mayor beneficio económico posible. Es evidente, y ya está más que trillada la verdad, de que el dinero ayuda a vivir de una forma decente, pero hoy he tenido la oportunidad de descubrir un documento inspirador. Se trata de un documental sobre el trabajo y los resultados del experimento que permitió descubrir el Bosón de Higgs en la física experimental, algo que había descubierto Peter Higgs en la física teórica y que pudo ver como se demostraba empíricamente en vida. Pero no voy a hablar ahora de un descubrimiento brutal para la humanidad, porque mi conocimiento de la física es vergonzoso y los que aman de verdad la física y dedican su vida a ella merecen que se trate ese tema con mucha seriedad y disciplina.

Pero si que hay una anécdota curiosa, y es que el día antes de la primera prueba de este experimento uno de los físicos implicados en el experimento da una rueda de prensa y en ella surge la siguiente pregunta:

-¿Me podría decir cuál es el beneficio económico de este experimento, es decir, cómo se podrá sacar rendimiento a lo que aquí se descubra? Por cierto, soy economista.

Como economista sentí vergüenza al escuchar una pregunta así en un momento como ese. Y es que probablemente muchas veces pequemos de estar demasiado contaminados por una cultura de los capitales, las utilidades (económicas), los beneficios... Al final lo reducimos todo a eso, sin tener en cuenta otra cosa. Desde pequeños sólo se busca que estudiemos para tener un buen futuro en el que poder mantener una familia y vivir tranquilos, pocas veces se nos estimula o nos dejamos llevar sin tener en cuenta si nuestro tiempo es aprovechado para la finalidad del dinero, sólo para crear, pensar, perder (o ganar) el tiempo. ¿Sabéis cual fue la respuesta del físico a una pregunta tan mundana?

- Me pregunta el señor economista si nuestro experimento tendrá beneficios económicos...Sinceramente, no tengo ni idea, ni me interesa saberlo. (Pensad ahora que te hagan una pregunta como esta después de estar trabajando desde 1995 en un experimento con la finalidad de descubrir algo increíble para la forma de entender nuestro universo).

¿Creéis que el que crea una poesía o un cuadro o se pasa horas metido en un laboratorio investigando piensa en el beneficio económico que sacará con el libro, con el cuadro o con la patente del descubrimiento? Yo lo dudo mucho, buscan la satisfacción de la creación, del descubrimiento, del ser útil para los que te rodean, de provocar una lágrima, una reflexión o explicar por qué hoy puedo estar escribiendo en un ordenador.

Así que disfrutad del descubrir de todos los días y pensad que descubrir no significa algo sentimentalmente positivo siempre, puedes descubrir cosas que te decepcionen, que te asusten, que te den vértigo, pero si somos capaces de mirarlo con una cierta perspectiva y mirarlo desde un punto de vista más amplio nos daremos cuenta de que toda experiencia es buena para conocer y aumentar lo que sabemos...y eso es maravilloso.


martes, 2 de febrero de 2016

Muros de humo

Hay veces en las que notas como todo el peso de la atmósfera se estrella contra tu pecho. Sientes como cuesta respirar, como cuesta dar el siguiente paso hacia delante. Días en los que se nos pone delante un muro que parece indestructible, que no se puede trepar, que no se puede rodear, un muro al que nos da miedo enfrentarnos y que muchas veces intentamos destruir a base de cabezazos.

Pero hay quienes hemos tenido la suerte de que antes de que esos cabezazos nos destrocen a nosotros hemos contado con un momento de lucidez provocado por una vocecita de fuera que te dice que pares, que es inútil destruir con golpes algo que ni siquiera existe. Y resulta que esa voz que venía de fuera te hace cambiar de perspectiva y lo que antes era fuera ahora se ha convertido en dentro, y ese muro contra el que luchabas y que veías tan real lo habías creado tu mismo, y que te estabas dando cabezazos contra una pared que habías levantado tú, ladrillo a ladrillo. Continúas alejándote para verlo todo con más perspectiva aún y entonces te das cuenta de que esa pared es de humo, que no está ahí...Es entonces cuando avanzas con decisión llegas hasta ese punto donde tantos golpes te habías dado y pasas como si jamás hubiera pasado nada.

Esa voz suele venir de la gente que te conoce, de la gente que te quiere, que de forma directa o indirecta te llevan a destruir muros de humo. Y desde hace algún tiempo esa voz en mi vida ha tomado un timbre concreto, es una voz que provoca la misma sensación en mí que cuando escuchaba esas canciones que me hacían saltar, bailar y cantar como un loco para librarme de todo lo malo, como hacían los gurús con sus danzas primitivas. Una voz que con un sólo "vamos Navarro que tú puedes" me da el impulso para sonreír y tomar distancia esos días de muros y humo.

A ti y a todos los que con su cariño me hacen afrontar los días sabiendo que cuando llegue la noche me sentiré orgulloso de lo que soy y de lo que me rodea.

jueves, 21 de enero de 2016

A MIS COWFACERS

Amanecí con esa sensación de extrañeza, de desorientación...-¿Dónde estoy?- Mi mente se pone en movimiento después de una de esas noches en las que tu cuerpo y tu mente rozan la muerte y despiertas con la sensación de haber resucitado de un sueño casi eterno.

Miro a mi alrededor y entonces me doy cuenta, veo a uno de ellos en la cama de al lado y recuerdo, es uno de esos viajes que sé que quedarán en mi memoria mientras la enfermedad o la muerte no lo impidan. Son mis compañeros de viaje, un viaje que hemos decidido hacer sobre las dos ruedas, la familia que hará que la aventura del día a día sea mucho más sencilla de lo que sería sin ellos.

Afortunados somos aquellos que hemos conducido con el sol a las espaldas apunto ya de esconderse, rodeados por tus hermanos y precedidos por nuestras sombras mientras sientes el inmenso orgullo de llevar en tu espalda el mismo símbolo que ellos. Es la sensación de creer firmemente que el día que las dos ruedas ya no nos puedan llevar al horizonte como ahora lo hacen, nuestras almas se encontrarán para recordar lo que vimos y aquello que nos falta por ver, porque todos los años de la eternidad son pocos para disfrutarlos a vuestro lado.

En el atardecer su rugir se intuye
son los ocho que se dirigen sin quererlo
como un condenado que huye
hacia un horizonte que parece eterno