martes, 2 de febrero de 2016

Muros de humo

Hay veces en las que notas como todo el peso de la atmósfera se estrella contra tu pecho. Sientes como cuesta respirar, como cuesta dar el siguiente paso hacia delante. Días en los que se nos pone delante un muro que parece indestructible, que no se puede trepar, que no se puede rodear, un muro al que nos da miedo enfrentarnos y que muchas veces intentamos destruir a base de cabezazos.

Pero hay quienes hemos tenido la suerte de que antes de que esos cabezazos nos destrocen a nosotros hemos contado con un momento de lucidez provocado por una vocecita de fuera que te dice que pares, que es inútil destruir con golpes algo que ni siquiera existe. Y resulta que esa voz que venía de fuera te hace cambiar de perspectiva y lo que antes era fuera ahora se ha convertido en dentro, y ese muro contra el que luchabas y que veías tan real lo habías creado tu mismo, y que te estabas dando cabezazos contra una pared que habías levantado tú, ladrillo a ladrillo. Continúas alejándote para verlo todo con más perspectiva aún y entonces te das cuenta de que esa pared es de humo, que no está ahí...Es entonces cuando avanzas con decisión llegas hasta ese punto donde tantos golpes te habías dado y pasas como si jamás hubiera pasado nada.

Esa voz suele venir de la gente que te conoce, de la gente que te quiere, que de forma directa o indirecta te llevan a destruir muros de humo. Y desde hace algún tiempo esa voz en mi vida ha tomado un timbre concreto, es una voz que provoca la misma sensación en mí que cuando escuchaba esas canciones que me hacían saltar, bailar y cantar como un loco para librarme de todo lo malo, como hacían los gurús con sus danzas primitivas. Una voz que con un sólo "vamos Navarro que tú puedes" me da el impulso para sonreír y tomar distancia esos días de muros y humo.

A ti y a todos los que con su cariño me hacen afrontar los días sabiendo que cuando llegue la noche me sentiré orgulloso de lo que soy y de lo que me rodea.

No hay comentarios:

Publicar un comentario